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Con truenos y relámpagos

Sin espada, sin lanza, sin escudo, sin arco y flecha, los israelitas vencieron a los filisteos en Mizpa.

El vasto ejército enemigo súbitamente se movilizó y atacó a los judíos mientras realizaron culto con el profeta Samuel. Sorprendidos, los indefensos israelitas recurrieron a su única opción: orar.

Cuando oyeron los filisteos que los hijos de Israel estaban reunidos en Mizpa, subieron los príncipes de los filisteos contra Israel; y al oír esto los hijos de Israel, tuvieron temor de los filisteos. — 1 Sam. 7:10 RVR.

Otras batallas se ganaron con armas — quiero decir, armas humanas. Esta batalla se sobresale en la biblia entera por la liberación hecha exclusivamente por Dios Demuestra que debemos confiar más en la oración que mecanismos humanos. Dios respondió con una aterradora demostración de los elementos de la naturaleza.

¿Demasiado?

Prophet Nathan rebukes David for adultery with...

Image via Wikipedia

Si esto fuera poco, te habría añadido mucho más. — 2 Sam. 12:8 RVR

Honestamente, yo no hubiera esperado que Dios dijera eso. El Señor está enumerando las muchas bendiciones que ha dado al Rey David, incluyendo las muchas esposas. ¿Por qué — dice a través del profeta Natán — tomó David a la esposa de otro hombre? Embarazó a Betsabé y arregló la muerte de su legítimo esposo para quedarse con ella.

Honestamente, yo hubiera esperado a un Dios severo. Pero Dios no es severo para con David. Deja lugar a la gracia. Y lo que dice, significa bendición para ti y para mí. TE HABRIA AÑADIDO MUCHO MAS.

Si tan solo hubieras pedido. Si tan solo hubieras recurrido a canales legítimas. Si tan solo crees. Dios NO nos reprocha por pedir más. NO nos regaña a que seamos agradecidos con lo que ya tenemos. Libremente nos ofrece MAS, si tan solo pedimos en oración..

El diablo apunta desanimarte. El del traje rojo te bombardea continuamente: Deja de pedir más.

Pero Dios dice: Pide más. Pide y sigue pidiendo. ¿Cuándo tenemos demasiado? Aparentamente no se le occurió a Dios que David ya tenía demasiado.

¿Cuándo tenemos demasiado? Cuando todos de la planeta estén salvos. Mientras tanto, sigue pidiendo más sin temor que El te negara la petición.

Levantadores de ripio

Edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio. — Neh. 2:17 Reina Valera

A lo mejor puedes entenderte con Nehemías. El tenía el insuperable reto de reedificar el muro de Jerusalén — sin dinero.

No tenía máquinas. No tenía ingenieros. No tenía aplaneadores. No tenía planes. No tenía obreros. NO TENIA RECURSOS.

Lo único que tenía era un montón de rocas, regados por todas partes, los restos trágicos del sitio de Nabucodonosor hace casi 100 años. Una vez el muro de protección era una vistosa maravilla de la arquitectura antingua, ahora yacía escombros de demolición, vergonzosos desechos que humillaban los residentes de Jeruslén. No solo recordaba el fracaso del pasado, era oprobio contínuo. Los ladrones y los enemigos podían penetrar la ciudad y hacer daño sin impedimento.

Lo único que Nehemías tenía era fuerza de voluntad.

Así que oró. Dios hizo lo imposible en respuesta a aquellas oraciones. Los residentes de Jerusalén se conomovieron y pusieron sus manos a trabajar. Erigieron el muro en tiempo record y a la vez restauron dignidad a la ciudad.

El proyecto delante de ti es imposiblemente grande. Anhelas extender el reino, pero las lamadas realidades financieras te indican limitar tus sueños. En vez de eso, agrándalos con la oración. Si la visión de Nehemías era estremecedor, su testimonio debe animarte. Deja que Dios haga en tu vida lo que hizo en la vida de Nehemías. ¡Sé levantador de ripio!